Da grande fazenda que é o planeta terra e os afetos de resistência “matilha[les]”.

queerlombos

Não se trata de um acordo entre homem e bicho, nem de uma semelhança, mas de uma identidade profunda, de uma zona de indiscernibilidade mais profunda que toda identificação sentimental: o homem que sofre é um bicho, o bicho que sofre é um homem.

DELEUZE, 1981

por Laura Quimbay*

 

Nota para xs futurxs leitoras. Gosto de pensar na migração como um processo de transição não só geopolítico. Migramos e transitamos o tempo todo, interna ou externamente, intelectual, sexual, emocionalmente. Criamo-nos e recriamo-nos!! Terrível heresia para o pensamento cristão. Renunciamos ao grande criador, o grande provedor de sopros divinos carregados de identidades imutáveis. Recriamo-nos e por isso nos temem, por isso seu controle a partir das suas boas formas e sua boa moral, de suas familiares e estandardizadas demonstrações sentimentais que vêm acompanhadas do castigo quando transbordamos seus limites.

 

Derrotamos o homem. Fugimos do macho patriarca que temos dentro. Abandonamos a pátria padre-madre edípicos que nos ensinaram a amar sem importar as vidas perdidas por sustentá-la. Abraçamos o bicho que somos, que fomos, que seremos. Bichx estranho nas festas familiares, bichx “doente”, bichx “triste”, bichx radical e perigoso. Bichx, sapa, cachorra, loba, cobra, bichx-bruxa, bichx-infeccioso. Bicho que sofre, que sofreu, que sofrera e, no entanto, não perde o desejo de viver, de compor, de se encontrar fora do humanismo modelar, utilitarista, eucodermico-centrado.

 

O homem, branco, classe media, hetero, cis, intelectual, racional como CULTURA modelar que levamos dentro, precisa sucumbir ao encontro que só o atravessamento das dores permite. A “morte e ressureição” de nossas carnes nos levam a criar alianças. Então, não fique sozinha, chore com nós, beba e embriaguese com e de nós. Coma com nós. Dance e crie com nós. Grite e chingue a quem quer te destruir com nós. Goze e senta-se amada com e por nós.

 

Bem-vindes ao estado do contagio criativo, de proliferação amorosa cuidadosa. Que as perguntas sempre estejam abertas, como nossas mentes e nossas intensidades. Abracemos nossas vulnerabilidades. Migremos, transitemos, trans-internacionalizemos sem medo, porque juntas todo é mais profundo e leve, não fácil, não romântico, não invencível.

 

Este pequeno texto contem quatro pequenos escritos elaborados durante a crise pandêmica “COVID-19”. Uma crise que nos confirma a produção de morte do sistema económico atual e sua aliança com os grandes Estados genocidas da contemporaneidade.

 

Boa e curta leitura. Eu te abraço e desejo todas as afeções alegres possíveis e a criação, também, a partir daquilo que padecemos.

 

 

Nota I. Sobre la migración.

Comenzó el 15 marzo, después de una gran pausa, terminó el 11 maio 2020.

 

Somos la amenaza que ríe

somos la amenaza que llora

somos la amenaza ama

somos la amenaza que canta”[1]

Las caras lindas

Ismael Rivero

Tite Curet Alonso

 

 

“Soy”, a partir de ahora, una partícula componiendo ese gran cuerpo llamado migrantes en un mundo en el que los Estados-Nacionales imponen identidades prefabricadas por nascer de un lado u otro de cualquier frontera. Líneas divisorias creadas, también, a partir de ficciones que no por ser ficciones dejan de encarnarse. “Soy” una partícula, como toda partícula en el marco de la matriz de opresiones actual, que es afectada de manera singular y particular por el cuerpo-virus- crisis que nos envuelve a todas nosotras, existencias frágiles-vulnerables-carentes, sea que nos guste o no.

“Soy” una partícula enunciada: “migrante”, en un territorio no-europeo, un territorio que desde una perspectiva modelar, sustentada en el discurso desarrollista de la modernidad, está más cerca de aquella figuración (imagen) de progreso de la cultura blanco-occidental, aunque no por esto ha conseguido cerrar la grande brecha entre la riqueza más absurda y la miseria genocida característica de los territorios colonizados y neocolonizados a partir de la expansión del neoliberalismo “humanizado”, misionero de la sostenibilidad.

Una vez, una performance brasilera (no sé si a ella le gusta ser enunciada de esta forma), Michelle Mattiuzzi, me preguntó algo parecido a esto (preguntaré después sí eso fue exactamente su cuestión): ¿Cómo le está pareciendo la grande finca de blancos que es Brasil?[2] “Yo”, que no “soy” una persona ágil para dar respuestas inteligentes en momentos así, y que no esperaba que alguien pudiera preguntarme esas “cositas tan rebeldes” en un espacio académico defensor de las instituciones y constructor de identidades intelecto-nacionales, me quedé balbuceando como una buena “idiota”[3] (no una idiota desobediente como también lo puedo ser) alguna cosa que estuviera en consonancia con el humor crítico que circulaba en el ambiente. La verdad no lo conseguí, pero después en el silencio de alguno de los cuartos en los que he vivido en la ciudad de Rio de Janeiro, riéndome de mí con un poco de vergüenza por mi falta de creatividad, me vino la respuesta: “A verdade é uma fazenda muito mais grande e, aparentemente, um pouco mais tecnificada que a colombiana”.

Ahora bien, en este tiempo en que la vida bajo la dinámica de producción de capital parece paralizada por un virus – ¡Un cliché hollywoodense todo esto! –, tuve más tiempo de pensar-sentir entre crisis de ansiedad, sentimientos de desamparo, rabia, crítica, música, danza y algunas lecturas, como una buena privilegiada temporal. Así, la respuesta cambió. Brasil al igual que Colombia es sólo una parcela de la gran “fazenda”, granja o latifundio que la blanquitud humanista como cultura de explotación, saqueo y captura – a partir de identidades estandarizadas que nos son “obsequiadas” y sobre las cuales parecemos destinadas a desear –, organizó a la medida de intereses indeterminados sistemas relacionales jerárquicos que se pretenden eficaces para anticipar cualquier encuentro.

Esta gran fazenda, granja o latifundio, no sólo se funda en una cultura de blanquitud humanista sobre ideales abstractos, jerárquicos, productivos y publicitarios, ¡También fracasa en lo que contractualmente estableció! Garantizar, a través de sus instituciones la vida de su mano de obra. La vida de las carnes-estructuras que lo sostienen.

 

Paréntesis

[Aquí los análisis biopolíticos se enfrentan a una nueva dinámica: todos los cuerpos útiles o inútiles están siendo masacrados por un cuerpo imperceptible, le escupe en la cara a los que siempre creyeron tener el control del cuerpo, entendido como organismo humano. El poder soberano-disciplinar humanoide ya no puede cumplir su propósito más blanco e utilitarista “hacer vivir” a quienes son indispensables para su producción y mantenimiento. Se ha puesto, nuevamente, en cuestión el gran poder del padre/madre enunciado Estado y su “parcero”-aliado Mercado.

El llamado nuevamente es para lxs que se ubican en el medio diplomático, con suerte lxs que se adhieren a los “democráticos centro-izquierda”, liberales, ambientalistas Greenpeace, o cualquier otro proyecto caritativo herencia del cristianismos complaciente con las leyes de los patriarcas opresores (aún no conocí alguno justo), porque lxs que nascimos en las fronteras, lxs que habitamos lo lugares impuros, inidentificables, incomprensibles, lxs imperceptibles, entre “fofas” y fieras, lxs que engañamos a quién cree que puede domesticar nuestra ternura con fines lucrativos (afectiva-económica-intelectualmente) ya hemos escuchado el llamado desde nuestro nacimiento, algunas lo han entendido más rápido que otras, algunas no lo han comprendido sino a partir de la muerte, otras luchamos para no dejarlo pasar desapercibido bajo las tareas de automutilación que asumimos para acoplarnos a ciertos modelos.]

cierra paréntesis.

 

En fin, habito este pedazo de parcela hace dos años y 28 días. Viviendo de los últimos frutos de la cosecha que la siembra de un partido de izquierda y de trabajadores e trabajadoras, consiguió recoger. “Soy” una obrera de 27 años que trabajó desde los 14 como vendedora informal en el colegio, desde los 18 con un salario mínimo, y actualmente me dedico a hacer lo que me gusta por esto días: disque “investigar”.

Durante dos años y 28 días viví de una beca otorgada por el Estado-Nación brasilero y el sentimiento de culpa siempre me invadió: ¿Por qué no es una persona con menos posibilidades que yo ocupando este lugar? ¿Por qué vivo de lo que Estado-Nación brasilero y sus aliados (OEA) dan para sostener su diplomacia comercial? Luego me pregunté por mis posibilidades ¿Realmente yo podía escoger: desempleada, con ideas en la cabeza y una convocatoria abierta? La respuesta fue: No. No fue una posibilidad de elección lo que me convirtió en un cuerpo que migra para estudiar. Era la forma en que mi cuerpo estaba siendo afectado y si quería seguir insistiendo en vivir y vivir como acto de creación, era mejor asumir.

“Soy” entonces, un cuerpo que aparentemente habita un privilegio al conseguir un cupo en una universidad y una beca para estudiar. Condición que se entrelaza con un baúl lleno de recuerdos de violencia y la pobreza; con un cuerpo racializado (no negro) – hija de un blanco-mestizo y una descendiente-indígena –, con un acumulo cultural e intelectual (para algunxs precario) y mi adiestramiento en el individualismo liberal.

Habitar los espacios de la cultura blanca académica y artística, me colocó en una frontera. Nunca lo suficientemente pobre y oscura, nunca lo suficientemente clase media y blanca. Nunca lo suficientemente académica, nunca lo suficientemente artista. Un cuerpo que no aprende a ser lo suficientemente obediente para trabajar en/con las instituciones, ni lo suficientemente insubordinada para vivir radicalmente independiente de ellas.

Migrante ¿Parásito? Aquel que espera el estímulo de la luz del sol para moverse o del calor de cualquier vigoroso mamífero que le pueda dar abrigo y comida hasta la muerte. Migrante ¿Agenciamiento? Nadie podrá decir que fui/mos sólo “pasividad” y “sumisión”, aunque se quieran convencer de lo contrario.

 

 

Nota II: Sobre la exposición (Y su radicalidad).

12 maio 2020

 

En el tiempo del patriarca “ser” uma criança é sinónimo de carne (vianda) para o gozo do dominador. No tempo da cultura patriarcal infantilizar un cuerpo es uma prática de subordinação. En el tiempo de las estructuras jerarquizantes jugar (se relacionar) como criança, sentir como vianda, infantilizar nuestros encuentros (intelecto-afectivo-carnales) nos hace alvo das más simples subestimaciones ou das violências mais ensañadas.

 

Podría pensar en mujeres, negrxs, indígenas, pobres, lésbicas, deficientes, trans, migrantes, racializadxs no negrxs o indígenas, no binarixs, pero parece que todo nos llevaría a la misma ecuación: Las intensidades fuera del modelo (¿Cuál modelo?) son capturadas en identidades prefabricadas. Sim embargo, es mejor que no olviden que nuestra exposición (¿Vulnerabilidad?) desborda os moldes que nos eliminan y es lo que nos hace matilha aconchegadora e furiosa.

 

***

Nota III: Da morte (suicídio) e seus atritos

07 maio 2020

“La otra ilusión es que la revolución es limpia. No es limpia, ni bonita, ni veloz. Es un largo proceso sucio. Seremos confrontadas con decisiones que no son fáciles. Tendremos que considerar la muerte de amigos y parientes. Seremos confrontados con las decisiones de matar a miembros de nuestra propia raza”

Pat Parker, 1980.

 

A impotência das relações que habitamos de dar vida, de darmos vida, “deveria” de fato

estar no centro da questão.

 

Nascemos para imediatamente SER cerceadxs pela violência de nossa engendração identitária, os nomes “próprios” dos quais às vezes nos tornamos escravxs.

 

A caso nascemos como desígnios de deusxs abstratos, externos, meta…físicos?

 

Não seria mais interessante desejar a duvida, insistir na desconfiança das predeterminações?

 

Nasci da carne, do gozo, da alegria, da violência, do choro. Como um modo amorfo, finito, precário e vulnerável.

 

Nascimento-morte que gera vida. Nascimento-útil em um mundo que dissemina sopros de ar estéril.

 

Morte-Ciclos. Fogo, cinza, terra, sangue.

 

Mortes: descidas no caminho de produção. Parece-me que a potência de criação implica “haver” sido feridas pela morte. Mas o que se está conceitualizando como morte?

 

Ecdise, visceralidade, quietude, descamação.

 

Só nas mortes diárias do eu consigo conectar com outras, humanas e não humanas.

 

Medo? Sempre, acaso abandonar o conforto de uma vida normal [izada], demasiado humana ia reproduzir o romantismo viciante, branco, estereotipado dos filmes Netflywoodianos?

 

Morte-guerra: ganharemos amigxs, perderemos outrxs no caminho. Morreremos e ressuscitaremos de infinitos modos.

 

Vivemos uma guerra que não começamos nosotrxs, e como é impossível virar e desejar abandonar, só resta tecer redes, lamber e cuidar das feridas, próprias e coletivas.

 

***

A Mattos/Ganga

13 maio 2020

 

Habitar (n)as descidas

Aprender a abraçar vulnerabilidades

Entender precariedades

 

Desfrutar n(d)as sombras

n(d)as trevas

aprender delas a potência dos encontros

 

No obscuro há um poder de cheirar, sentir, escutar, lamber, tocar

de maneiras não normativas e sim  experimentais.

 

Nas sombras

abandonar o rosto que os outros nos exigem carregar, é uma possibilidade.

 

As forças n(d)as trevas potenciam vida criativa para habitar as luzes. Com sorte as luzes não hegemônicas.

 

***

 

Matéria nu.

04 abril 2020

 

Aparentemente

Na queda

Na desgraça

As estruturas calcificadas e as carnes que as envolvem

[marcadas estas com nomes próprios e Identidades]

São questionadas

Na sua utilidade [produtividade?]

São questionadas

na sua fortaleça na sua organicidade.

 

Assim as coisas

Cabe perguntarnos

[como outrxs já têm feito antes e fazem atualmente]

pelas nossas vulnerabilidades

pelas nossas fraquezas

pelas nossas fragilidades

 

Pela produção de nossos DESEJOS

 

Como compor juntes?

 

 

Referências

MORAGA, Cherríe; CASTILLO, Ana (eds.). Esta puente, mi espalda. San Francisco: Ism Press, Inc., 1988, 99-107.

 

GONZALEZ, I. Deshacer la especie: hacia un antiespecismo en clave feminista queer. Disponível em: https://www.revistas2.uepg.br/index.php/tel/article/view/13797/209209213283?fbclid=IwAR2AW4e5G9RZ_jrz5EQo0bYoDqVWToudu1xg_4TwP2Fi1Qnp1zUFh_LjAao. Acesso em: 04 de maio 2020.

 

DELEUZE, G. Francis Bacon: lógica da sensação. Tradução de Aurélio Guerra. et al. Rio de Janeiro: Zahar, 2007.

 

DELEUZE, G. Sobre o teatro: um manifesto de menos; O Esgotado. Tradução de Fátima Saadi, Ovídio Abreu, Roberto Machado. Rio de Janeiro: Zahar, 2010.

 

 

 

[1] La letra cursiva son adiciones o modificaciones de la autora.

[2] Una traducción al español de lo que entendí con esa pregunta. Quedará para futuras interpretaciones,  ésta por el momento sirve a la idea que deseo desenvolver.

[3] La idiotez como potencia de conocer y producir epistemologías no normativas. El idiota que no cree más en las ecuaciones impartidas en la escuela tradicional y teje el deseo de inventar otras ecuaciones.

 

 


Laura M. Quimbay

Mistura sujate de apostas políticas antiespecistas, anarco-feministas, anticapitalistas. Dissidência sexual diriam alguns. Habitada pelas dores e pelos amores. Atravessada pela desproteção e pelo acolhimento, pelo cuidado e as trocas amistosas faz 27 anos. Migrante, atualmente moradora no Brasil. Pesquisadora das artes do corpo.


 

COMPARTILHE!